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VISITA ARCOS DE CALAN

Siguiendo a uno 20 kms, al sur de Curanipe por el camino M-80-N nos encontramos con el acceso hacia Arcos de Calán, un camino de ripio de aproximadamente 4 km nos deja a los pies de esta hermosa escultura de la naturaleza. La tranquilidad del lugar y las formaciones rocosas que adornan el borde costero, que se transforman en miradores naturales de la flora y fauna que habita el lugar, así como en senderos que abren camino hacia apacibles y hermosos paisajes que combinan la montaña y el mar.

En esta playa hay una particular formación geológica caracterizada por la horadación de las rocas producto del fuerte oleaje, siendo posible admirar un verdadero espectáculo natural en condiciones de marea alta cuando el mar entra por la piedra perforada en forma de arco.

Seis lugares para visitar en Talca

La ciudad de Talca, capital de la Región del Maule, es una buena mezcla de vida de ciudad y tradición campesina. Inserta en el corazón del campo chileno, se alza como una urbe en la que las costumbres huasas aún viven en todo su esplendor. Si quieres conocer más de esta ciudad, o volver a descubrirla, te invitamos a recorrer algunos de sus lugares más emblemáticos y a empaparte de todo el espíritu talquino.

Lugares para visitar en Talca y encantarse con la ciudad

  1. El centro de Talca: de la plaza al mercado
  2. Calle 5 Oriente y… ¡sus famosos completos!
  3. La Alameda de Talca: el alma de la ciudad
  4. Sectores Río Claro y Cerro La Virgen: pura naturaleza
  5. Zona Norte: cultura y naturaleza en un ambiente universitario
  6. Estación de trenes de Talca: un viaje al corazón del campo

Como ya empiezas a descubrir, los lugares para conocer en Talca son muchos y muy variados ¿Quieres saber más sobre cada uno de ellos? Entonces revisa los detalles a continuación.

1. El centro de Talca: de la plaza al mercado

Este recorrido por lugares para visitar en Talca comienza en el centro de la ciudad: en su Plaza de Armas. Su encanto reside no sólo en sus árboles frondosos y su estética antigua, sino también en su entorno, con edificios bajos de arquitectura tradicional, como la Intendencia, la Iglesia Catedral o el edificio de Correos.

A tan sólo unas cuadras de la plaza, por la calle 1 Sur, está el Mercado Central de Talca, el cual ha sido declarado monumento histórico. Aquí, puedes degustar en sus cocinerías platos típicos del campo chileno, como cazuelas y empanadas con chancho en piedra, en un entorno auténticamente talquino.

Plaza de Armas, Talca

2. Calle 5 Oriente y… ¡sus famosos completos!

¿Sabías que a Talca se le conoce como “la ciudad de los completos”? La adaptación chilena del hot dog es parte ya de la comida típica de esta zona, ¡y más aún en esta ciudad!, que los ama sin disimulo. Puedes encontrarlos en diferentes lugares, pero los más tradicionales los encuentras en los carritos de la calle 5 Oriente.

Este es un buen lugar para visitar a la hora de comer en el que encuentras completos hechos con recetas propias. Esta auténtica tradición talquina, está disponible todos los días y en diferentes horarios.


3. La Alameda de Talca: el alma de la ciudad

La calle 4 Norte, más conocida como la Alameda, es como una síntesis perfecta de Talca, una moderna avenida con edificios, pero con un trocito de campo en su centro. En su amplio bandejón central se encuentra un parque arbolado, el que se extiende varias cuadras con áreas verdes y de recreación.

Entre los numerosos hitos que recorren la Alameda, se encuentran el Teatro Regional del Maule, uno de los más modernos de Sudamérica, y el Estadio Fiscal de Talca. También hay obras como la estatua ecuestre de Bernardo O’Higgins y el monumento a la Madre Tierra. Es por esto que este es uno de los lugares recomendados para visitar en Talca.


4. Sectores río Claro y cerro La Virgen: pura naturaleza

Si buscas lugares para conocer en Talca que sean como ir al campo, pero dentro de la ciudad, tienes al menos dos. El primero de ellos es el balneario del río Claro, ubicado cerca del extremo Poniente de la Alameda. Aquí puedes disfrutar de áreas de pícnic y asados y paseos en bote, además de poder probar una bebida típica de la zona huasa: el mote con huesillos.

El segundo lugar se encuentra al otro lado del río Claro, este es el cerro La Virgen. En su cima encontrarás un santuario y mirador con una increíble vista panorámica sobre la ciudad. Para muchos este lugar es Ideal para salir a recorrer y caminar con la familia, además de sacar fotos espectaculares.


5. Zona Norte: cultura y naturaleza en un ambiente universitario

En la zona Norte, encuentras dos lugares imperdibles para visitar en Talca, ambos al interior de un campus de la universidad pública del mismo nombre que la ciudad. El primero de ellos es el parque de las Esculturas, el que cuenta con obras de algunos de los más connotados escultores chilenos, todo en un entorno natural con árboles nativos.

El segundo es el Jardín Botánico de la Universidad de Talca, en el que se puede conocer sobre flora nativa y ver animales como cisnes, loros tricahue y alpacas. También cuenta con una granja educativa, donde niños y adultos pueden estar en contacto con animales típicos del campo chileno, como gallinas y patos, además de un impresionante pavo real.


6. Estación de trenes de Talca: un viaje al corazón del campo

Durante años, el tren fue el medio de transporte principal entre el campo y la ciudad. Hoy, la estación de trenes de Talca aún mantiene viva la tradición y la magia de los viajes en tren. Bien vale la pena visitarla y conocer su arquitectura, pero más hacer el viaje del ramal hasta Constitución, uno de los panoramas más atractivos de Talca.

Este pequeño de tren, el cual cuenta con sólo dos vagones, bordea el río Maule hasta la ciudad de Constitución, recorriendo el corazón del campo chileno y sus hermosos paisajes. Sin duda, una oportunidad imperdible para conocer el verdadero campo maulino y a su gente.

Estación de Trenes en Talca

Con tantos lugares para visitar en Talca, quedan pocas excusas para quedarse en casa. Puedes disfrutar de sus calles, parques e incluso un paseo en tren.

Una vuelta por las Salinas de Boyeruca | Región del Maule.

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Las Salinas de Lo Valdivia se encuentran ubicadas en la división entre la VI y VII región, en la comuna de Paredones, sobre la ribera norte de la laguna litoral de agua dulce que desemboca en la localidad costera de Boyeruca.

Este paisaje Productivo se viene consolidando desde  épocas prehispánicas, y corresponde no solo a un patrimonio cultural, social y económico, sino que también a un sistema de vida, en donde las tradiciones han sido transmitidas de generación en generación, construyendo un rasgo identitario propio de la zona.

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Haciendo un poco de historia, es destacable que los primeros habitantes de este lugar fueron capaces de observar y comprender las características morfológicas así como las transformaciones de este territorio para sacar provecho de los elementos y componentes naturales presentes en la zona. Esta relación armónica del hombre con su territorio – en cuanto a la interacción de la necesidad de subsistencia con el lugar donde se habita – ha sido el eje fundante de la existencia de los centros poblados que se encuentran aquí.

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A modo de ejemplo se puede constatar que la importancia de un bien natural – la sal – surgido desde las singularidades del lugar ha permitido la subsistencia estable de las comunidades y ha propiciado el desarrollo de una actividad económica primaria.

Para el desarrollo de la actividad ha sido necesaria la adaptación del paisaje mediante la alteración de sitios de naturaleza agreste en pos de permitir los procesos de extracción de los que vive un alto porcentaje de la población. Para esto, se le otorga un rol fundamental al mar como fuente y a la tierra como receptáculo.

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Este sistema de extracción de sal consiste básicamente en construir cuarteles en el suelo que son llenados con el agua salada que entra desde el Océano Pacifico. A partir del llenado inicial, se espera la paulatina evaporación del agua y se complementa con el vaciado por parte de mano de obra específica que termina la obra que la naturaleza comienza. Dicho proceso permite obtener la sal que posteriormente la cual es acumulada en grandes montones que luego son almacenados en galpones construidos con maderas del lugar, con un sistema constructivo espontáneo y con técnica propia.

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En este lugar es posible apreciar la intervención de un territorio agreste a partir de la necesidad de subsistencia, y su valor radica en el cruce de funciones entre naturaleza y singularidad propia de un lugar específico y la mano del hombre que aporta para su bien propio la técnica y el oficio.

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Tierra de Viñedos y Naranjos (Villa Alegre).

La existencia de pobladores y actividades agropecuarias en la zona del Putagán y Loncomilla se remonta a los años de la Colonia, dada la presencia de varias haciendas, como Cunaco y Chocoa, próximas al sector donde hoy se emplaza la actual ciudad de Villa Alegre, como resultado de la gran fertilidad de sus suelos y la abundancia de agua.

Por el área de la actual Villa Alegre pasaba, entonces como ahora, el camino que, procedente de Santiago, Talca y San Javier, se dirigía a Chillán y Concepción. De esta manera, la zona estaba estrechamente unida con el pueblo de San Javier de Loncomilla, distante a 10 km. al norte, el que había sido fundado en 1852. Incluso la jerarquía eclesiástica tenía asiento en dicha ciudad, ordenándose en torno a la parroquia de San Francisco Javier de Loncomilla.

En un contexto ajeno a la historia local que nos ocupa, cabe señalar el 8 de diciembre de 1851 tuvo lugar en la aldea de Loncomilla, a 6 km al norte del lugar donde hoy es Villa Alegre, la batalla del mismo nombre.

Desde 1873, el actual territorio de la Comuna se insertó en la Provincia de Linares y se integró al entonces Departamento de Loncomilla, cuya cabecera departamental era San Javier de Loncomilla. Más adelante, un Decreto de 22 de diciembre de 1891, determinó que con el territorio de las Subdelegaciones 3ª, Loncomilla, y 4ª, Cunaco, se formase la Comuna o Municipalidad de Villa Alegre, independizando el gobierno local de San Javier.

La llegada de trenes a vapor a Villa Alegre, hacia 1874, benefició a sus habitantes, tanto en materia de transporte como de comunicaciones. El pueblo quedó unido a Santiago, distante a 285 km, y a San Javier (11 km); como a Linares (20 km) y a Talca (31 km), el polo regional. Sin embargo, como en otros lugares del Valle Central, sus habitantes cuestionaron que la línea férrea fuera construida a 5 km al este del pueblo, dando origen a otro caserío en los alrededores de la nueva estación.

A fines del siglo XIX se habían construido ya varios canales de regadío, así como al menos dos molinos, uno a cargo de la Sociedad Molino Loncomilla y otro, de propiedad de D. Mateo Andrés Doble, en el sector de Maica. La instalación de estos potenció la producción de harina de trigo y, con esto, las actividades de exportación de cereales hacia Constitución y el resto del país, e incluso al extranjero. Como el río Loncomilla era entonces navegable, el tráfico comercial podía efectuarse tanto a través de lanchones, que alcanzaban el río Maule, y luego Constitución, entonces un puerto regional, como a través del ferrocarril longitudinal. Con el impulso de esta prosperidad fue desarrollándose Villa Alegre y su entorno comunal. Un buen reflejo de lo anterior, fue la construcción de la iglesia Niño Jesús, hacia 1885, como la introducción de vides francesas, al igual que en otros lugares de la Depresión Intermedia.
Calle principal de Villa Alegre.
Para 1897, el Registro Civil tenía asiento en el pueblo. Este hecho, y la creación de la parroquia del Niño Jesús de Villa Alegre en 1890, fortalecieron la autonomía local. En ese entonces, el pueblo tenía 1.846 habitantes (aproximadamente la mitad de la población de San Javier), en tanto la comuna tenía una población de 8.559 hab.

Al término del siglo XIX, en el sector de Cunaco estaban los siguientes fundos: «Lincura», «Cunaco», «Peña Flor», «Coibungo», «Batudahue» y «Avenas». Por otra parte, en los sectores de Villa Alegre y Loncomilla estaban: «Reyes», «Loncomilla», «Peñuelas», «Guiones», «Potrero Grande», «Maipillo», «Chocoa», «Lagunillas», «Esperanza» y «Patagua», entre otros de menor extensión. Los hacendados más destacados eran: Ascencio Astorquiza, dueño de «Lincura», el bien raíz mejor avaluado de la comuna; los hermanos Noguera, dueños de «Esperanza»; Guillermo Délano, de «Peñuelas»; y Gregorio García, propietario de «Chocoa», y José Manuel Encina, lo propio de «Potrero Grande». Sin embargo, no menores eran las propiedades rurales de las familias Armanet, García y Rodríguez.

Villa Alegre se caracterizó por ser un lugar de mucho dinamismo agro-empresarial al despuntar el siglo XX. Diversas propiedades rurales generaban su propia energía y tenían maquinarias eléctricas, como «Trapiche». Las que poseían viñedos, muchas tenían bodegas modernas para la época, plantas embotelladoras y, asimismo, expertos vinicultores, como «Liucura» y «Peñaflor», entre otras. Casi todas poseían predios regados por canales como «Potrero Grande»y muchas otras.

En 1915, en plena I Guerra Mundial, se inaugura allí uno de los primeros servicios de tranvías eléctricos del país, que operó con altibajos hasta 1930, cuando la Gran Depresión acabó con la Sociedad Ferrocarril Eléctrico de Villa Alegre, establecida por el agricultor, D. Eusebio Sotomayor Bustos (1880-1929), uno de los más ricos propietarios del antiguo Departamento de Loncomilla. La línea unía la estación ferroviara con el pueblo mismo y, luego, con el fundo «Trapiche», de propiedad de Sotomayor. Una novedad fue la adquisición y uso de carros usados, comprados a la firma anglo-alemana de Santiago, llamada «Chilian Electric Tramway & Licht Co.». La iniciativa villalegrina fue noticia en todo Chile y propició la construcción de líneas similares en otras ciudades del Valle Central chileno, como Talca, ciudad que se apresuró en inaugurar su propia línea eléctrica urbana (para no ser menos que Villa Alegre).

En el primer tercio del siglo XX, las mayores propiedades agrícolas de la Comuna eran: «San José de Cunaco», con 1200 has. de superficie, de las cuales 400 eran regadas, perteneciente a los hermanos Arancibia Basterrica. «Pangal», «Sauce», «Rejas» y «San José», de 920 has. regadas, fundos pertenecientes a la Sociedad Adela C. de Armanet y Florencio Ovalle. «Las Rosas», de 760 has., de las cuales 710 eran regadas, perteneciente a D. Enrique Fabry. «Los Guiones», «Florencia», «Trapiche» y «San Luis», de 475 has. regadas, propiedades de D. Eusebio Sotomayor B., ya mencionado. «Pataguas», de 357 has. regadas, Sucesión Neri Bernal. «Liucura» y «Peñaflor», de 350 has. regadas, D. Miguel Bustamante del Campo. «Esperanza», de 330 cuadras regadas, D. Alfredo Noguera. «Potrero Grande», de 300 cuadras regadas, D. Adolfo del Pedregal Reyes. «San Luis», de 200 has., de las que 160 eran regadas, D. Jorge Cerda Opazo. «El Durazno», de 168 has. regadas, D. Arturo León. «Batudahue», de 150 has. regadas, D. Santiago Aldunate. «Barros Negros», de 139 has., de las que 125 eran regadas, Da. María Luisa Pinochet de Encina. «Loncomilla», de 120 cuadras regadas, D. Juan Enrique Gatica, pero administrado por D. Ernesto Cruz Concha.

La mayor parte de estos fundos producían, entonces como hoy: cereales (trigo blanco, así como cebada forrajera y cervecera), chacarería (principalmente maíz, sandías y melones), legumbres (mayormente frejoles bayos y blancos), vinos (tanto vino país como extraídos de cepas francesas, más chicha y aguardiente), lechería (leche y quesos), ganadería (crianza y engorda de animales vacunos), pastos (existían amplios potreros entrebolados y naturales), semillas (como trébol), y frutas (como naranjos, olivos, castaños, paltos, etc.)

Fuente: Municipalidad De Villa Alegre

Turismo en Yerbas buenas

Comuna de la Provincia de Linares, Región del Maule, ubicado a 12 km al nordeste de la ciudad de Linares.

Posee un patrimonio arquitectónico e histórico muy destacado y es un real ejemplo de la villa rural colonial chilena, conservando la atmósfera de entonces y enriqueciendo el patrimonio cultural de la provincia, la región y el país.

La comuna es una de las más pequeñas de la región, tiene 262 km² y se ubica en su totalidad dentro de la depresión intermedia. Limita al norte con San Clemente (Provincia de Talca); al sur, con Linares; al oeste, con Villa Alegre y San Javier, y al este, con Colbún.

El Museo Histórico de Yerbas Buenas se encuentra alojado en la construcción que es el de mayor mérito y antigüedad del pueblo y de sus alrededores. Se le considera el único testigo que subsiste de los albores de la independencia de Chile. Sus muros son de adobe, el piso, de ladrillo cuadrado, el cielo, de coligüe amarrado con cuero, la techumbre con vigas a la vista y  de tejas de arcilla.

Ésta fue la casa donde se hospedó el General español Brigadier Antonio Pareja, comandante del ejército realista la noche del 26 de abril de 1813. Las tropas de Pareja y las tropas patriotas sostuvieron lo que fue el primer encuentro importante en la gesta emancipadora de Chile, conocido hasta hoy como la «Sorpresa de Yerbas Buenas».

Este edificio es actualmente Monumento Histórico Nacional desde el 22 de agosto de 1984. El Museo está ubicado en la calle Juan de Dios Puga y está inserto en el sector declarado «Zona Típica». También son parte de dicho sector: la Plaza de Armas, la Avenida Centenario con sus corredores coloniales, la Iglesia de la Santa Cruz y la Medialuna del pueblo.

Complejo Cultural Criollo de Yerbas Buenas

El Complejo Cultural Criollo de Yerbas Buenas desarrolla un importante trabajo con énfasis en lo comunitario, objetivo que se manifiesta en la realización de eventos asociados a las distintas disciplinas artísticas, acercando a la comunidad a…

Reserva Nacional Los Queules

La reserva nacional Los Queules fue creada el 14 de marzo de 1995 por la presencia en la zona de especies con problemas de conservación como el queule (Gomortega keule), pitao (Pitavia punctata) y michay rojo (Berberidopsis corallina) lo que le que otorga a la reserva una gran importancia para la preservación de especies en peligro de extinción.

De las especies de fauna se destacan pitío, chuncho, chingue, quique, pudú y picaflor. En lo que a flora se refiere, se encuentran el michay,  copihue, arrayán, maqui, boldo y quillay.

Desde Cauquenes, pasando por Pelluhue y Curanipe y de allí al cruce de Chovellén (8 km). Luego continúa en 12 km hasta el sector de Tregualemu en ruta de ripio. El acceso está expedito casi todo el año, aunque con dificultad en el invierno, sobre todo en los últimos 10 km.

Toda la superficie está cubierta por vegetación boscosa, encontrándose árboles de gran tamaño.

  • Tarifas Acceso: Liberado.
  • Servicios: No existe infraestructura para discapacitados, como tampoco para otras actividades de uso público, salvo investigación o educación ambiental
  • Información de Contacto Teléfonos: (+56) 71-2224461, correo electrónico: talca.oirs@conaf.cl

Reserva Nacional Laguna Torca.

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Esta área administrada por CONAF se encuentra ubicada a minutos de la localidad de Llico y a 107 km al oeste de Curicó por el camino que pasa por Hualañé, en la Región del Maule.

Se destaca por la hermosa Laguna Torca y la Laguna Agua Dulce, además de presentar uno de los ambientes húmedos más importantes de la zona central por la gran diversidad de especies que alberga. Se pueden apreciar especies en peligro de extinción como el cuervo del pantano y el cisne coscoroba, y vulnerables como el cisne de cuello negro y el águila pescadora. En total son más de 90 especies de aves.

Entre la fauna que se protege en la reserva, a parte de las mencionadas aves, se encuentran mamíferos como el quique, coipo y zorro culpeo, y peces como el pejerrey chileno. Con respecto a la flora se destacan el batro y la totora.

Información del Destino:

Atracciones:Flora y fauna. Centro de Interpretación ambiental.

Actividades:Picnic, contemplación de flora y fauna, fotografía.

Ubicación:Maule

Cómo llegar:Vía terrestre por Ruta J-60 desde Curicó. Luego llegar a Hualañé y seguir hasta la Carretera J-80. Virar hacia la derecha y continuar al atractivo por camino de tierra.
Otra alternativa es virar hacia la izquierda en Hualañé por la Ruta J-820 y desde el pueblo de Vichuquén tomar Carretera J-810.

Cuando Ir:Todo el año.

Clima:Clima Templado Mediterráneo. En la costa las temperaturas son moderadas existiendo una estación seca de seis meses en el norte y de cuatro meses en el sur. En verano las temperaturas máximas son de 19º C y 30º C, mientras que en invierno la mínima es de 7º C.

Servicios:Alojamiento, comida, caminos, esparcimiento, informaciones, camping.

Alrededores:Balneario de Iloca, Balneario y Caleta de Duao, Baños de San Pedro, Caleta de Llico, Cerro Carlos Condell, Lago Vichuquén, Lagunas de Teno, Parque Inglés, Curicó, Pueblo de Villa Prat, Reserva Nacional Radal Siete Tazas, Salinas de Boyeruca, Salto de La Leona, Salto Las Siete Tazas, Vichuquén, Volcán El Planchón.

Escápate por los valles vitivinícolas de la zona central.

Nuestro país es conocido internacionalmente como uno de los grandes países productores y exportadores de vinos en todo el mundo. Aunque para nosotros, es sinónimo de diversos valles y viñedos que podemos conocer durante una escapada o fin de semana. ¡Más ahora que inició la anhelada temporada de vendimia en Chile!

A continuación te contamos cuáles son los principales valles vitivinícolas de la zona central y qué cepas puedes encontrar en las viñas más destacadas de la ruta del vino en Chile.

Valle del Elqui.

La región de Coquimbo tiene uno de los valles más populares entre los viajeros que aman visitar el norte de Chile: el Valle del Elqui. Destino predilecto para el astroturismo, las actividades al aire libre y el descanso entre montañas y naturaleza.

También marca el inicio de las rutas de vino en Chile, donde se cultiva la uva para hacer un buen Cabernet Sauvignon, Merlot, Carménère, Chardonnay e incluso Syrah. Esto gracias a sus condiciones climáticas y clima seco. Reproductor de vídeo

¡Paz en el Valle del Elqui!

Valle del Limarí

El Valle del Limarí cuenta con casi 1.700 hectáreas para la producción de cepas blancas y tintos frescos. Además, posee un clima mediterráneo con fuerte influencia del mar, lo que propicia la elaboración de deliciosos vinos. 

Y para aprovechar tu paseo por la zona, visita el mítico Valle del Encanto con sus vestigios arqueológicos que dejaron los pueblos precolombinos.

Valle de Aconcagua

Entre Santiago y Valparaíso está el Valle de Aconcagua, con el río Aconcagua como gran protagonista. Esta zona se caracteriza por tener días calurosos y noches más frescas, lo que facilita el cultivo de cepas como Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc y Petit Verdot. Aunque su vino emblemático es el Syrah.

Anímate a dar un paseo por la zona visitando las viñas, donde puedes pasear por sus bodegas centenarias, observar el valle y, por supuesto, degustar sus increíbles vinos.

Valle de Casablanca

A sólo una hora y media de la capital, el Valle de Casablanca es uno de los favoritos de los turistas que llegan hasta la región de Valparaíso. Su clima costero contribuye al cultivo de cepas como Chardonnay, Pinot Noir y Sauvignon Blanc.

Valle de Casablanca – Foto: Sernatur

Existe una gran cantidad de viñas en sus alrededores. Ofrecen paseos en caballo y almuerzos en restaurantes de gran nivel. ¡Recuerda que en la temporada de vendimia en Chile varias viñas de la zona tienen actividades especiales para los turistas!

Valle de San Antonio

Con poco más de 10 años de antigüedad, el Valle de San Antonio es uno de los más nuevos de Chile. Aquí se elaboraron los primeros Syrah en clima frío y destaca por la producción de vinos blancos de alta calidad, aunque también hay tintos. Algunas de las cepas son Sauvignon Blanc, Chardonnay y Pinot Noir.

Si andas por el puerto de San Antonio, además de disfrutar su gastronomía del mar puedes aprovechar de escaparte a probar los vinos. 

Valle del Maipo

¿Sabías que el Valle del Maipo es el tercero más extenso del país, luego del Maule y Colchagua? Si tienes ganas de visitarlo en tu próximo paseo, aquí encontrarás algunas de las grandes viñas tradicionales de Chile con entretenidos tours que incluyen paseos en bicicleta, degustaciones de sus vinos y buena comida.

Además, esta zona destaca por sus deliciosos vinos de Cabernet Sauvignon. ¡Y lo mejor es que puedes ir por el día pues está a sólo 40 kilómetros del centro de Santiago!

Valle del Maipo – Foto: Sernatur

Valle de Cachapoal

Al sur de Rancagua se ubica el Valle de Cachapoal, reconocido por su producción de Merlot y Carménère, cepa francesa que logró gran popularidad en los valles centrales de Chile. 

Para probar estas cepas, visita alguna de sus viñas, que ofrecen una gran variedad de actividades como recorridos por sus bodegas e instalaciones, cabalgatas, asados campestres, paseos con picnic y tours en bicicleta para los visitantes. 

Valle de Colchagua

El segundo valle más extenso de Chile es el Valle de Colchagua, con unas 29 mil hectáreas de producción. A raíz de su clima cálido, se dan muy bien los vinos tintos como Carmenère, Cabernet Sauvignon y Syrah.

Es un destino perfecto para ir en pareja, e incluso Lonely Planet lo catalogó como uno de los mejores lugares para una luna de miel. Más de una docena de viñedos están localizados en este valle. 

Valle de Colchagua – Foto: Sernatur

Valle de Curicó

A comienzos de los años 80, el Valle de Curicó destacó por sus grandes cambios en la vitivinicultura chilena gracias al enólogo español Miguel Torres, los cuales se han mantenido en el tiempo. 

Con un clima mediterráneo moderado y a poco más de 220 kilómetros de Santiago, es una zona donde se cultivan diferentes cepas como Cabernet Sauvignon, Sauvignon Blanc, Merlot y Chardonnay. 

Si haces una escapada entre marzo y abril, aprovecha para participar en la fiesta de la vendimia más grande de Chile. Actividades tradicionales como competencias de pisadores de uvas y la elección de la reina de la vendimia son algunos de los sellos de dicha festividad.

Valle del Maule

Catalogado como la “cuna del vino chileno”, el Valle del Maule es el más extenso y uno de los más antiguos de nuestro país. Se ubica a unos 260 kilómetros de Santiago y tiene como especialidad el Carmenère, una de las cepas emblemáticas de Chile, aunque también encuentras Carignan, Cabernet Sauvignon y Malbec.

Si andas por este valle de la región del Maule, especialmente en la temporada de vendimia en Chile, puedes visitar las viñas de la zona, las que ofrecen servicios hoteleros, excelente gastronomía, buenos vinos y otras actividades para el turista.

Viñas del Maule – Foto: Sernatur

Hacer un recorrido por las viñas es un panorama imperdible para los amantes del enoturismo.

Las alternativas para disfrutar la temporada de vendimia en Chile son variadas, así que sólo necesitas tu copa de vino para salir a recorrer alguno de estos valles vitivinícolas en un próximo viaje.

Chile Es tuyo

Catedral San Ambrosio de Linares.


El 1 de Mayo de 1932 se bendijo la primera piedra por Monseñor Miguel León Prado de la actual catedral San Ambrosio de Linares y su historia se remonta de varias construidas y destruidas por terremotos a través de los años.

Después de la fundación de Linares, el 23 de mayo de 1794 el párroco de Yerbas Buenas Don Pablo de la Barra trasladó a Linares la sede de su parroquia. Se sabe que entre 1796 y 1810 se construyó el primer templo de la ciudad, a cargo del Maestro Mayor de Albañilería Turbicio Gúmera.

Después del deterioro producido por el terremoto de 1906 empiezan a alzarse las voces para levantar una nueva iglesia. En 1928 otro terremoto obligó a la demolición del templo.

Al primer obispo de la Diócesis Don Miguel León Prado le correspondió en su vejez la ardua tarea de reunir fondos para la reconstrucción, lo que permitió iniciar las obras. El Obispo Juan Subercaseaux, que lo reemplazó a su muerte, continuó su labor y para eso reunió a los arquitectos Carlos Bresciani, Jorge del Campo y a su hermano artista Fray Pedro Subercaseaux para dar inicio a esta importante obra. A Giulio Di Girólamo se le encomendó la realización de los mosaicos del ábside y los revestimientos marmóreos. El estilo elegido fue el poco usual románico, inspirándose en las construcciones del norte de Italia, en especial a la basílica de San Ambrosio de Milán.

En el ábside de la catedral de San Ambrosio de Linares destaca el extraordinario mosaico de 100 metros cuadrados de Di Girólamo, que para muchos entendidos es el más bello de América. En su cripta se encuentran los restos de Monseñor Miguel León Prado, Monseñor Augusto Salinas, Monseñor Carlos Camus y los restos momificados de San Clemente, quien fuera mártir de la Iglesia y cuyas sagradas reliquias fueron desenterradas de las catacumbas de Roma.

La catedral San Ambrosio de Linares es el ícono indiscutible de la ciudad y considerada por muchos como uno de los edificios religiosos de mayor belleza construidos en Chile.

Altos de Lircay: La Reserva Natural.

Altos de Lircay es una reserva de Conaf que fue creada en 1996. Está cerca de Talca y tiene atractivos naturales sorprendentes, como una laguna y un sector de rocas que parecen ladrillos y que destaca por ser muy plan.

Antes de ir a la Reserva Nacional Altos de Lircay tienes que armar una mochila con zapatos de trekking, ojalá de caña alta para que te cubra el tobillo, bastones, un sombrero, bastante bloqueador y lentes de sol.

Por supuesto, no te puedes quedar sin agua en los trayectos, porque algunos de sus senderos son más bien secos a mayor altura.

Con los insumos listos, ya puedes dirigirte en auto o en transporte público a la comuna de San Clemente, 60 kilómetros al este de Talca, y llegar hasta la zona de Vilches Alto.

Ahí te puedes quedar a alojar en el camping Antahuara o Sol de la Montaña que administra Conaf. Es bonito, limpio y tiene agua caliente.

Además, los sitios -todos con mesas- están cerca del río Lircay que transformará tu estadía en algo muy relajante.

Senderos

Ojo, tienes que ir dispuesto a caminar, porque hay cinco senderos que puedes seguir y que te llevarán a lugares de gran belleza.

Uno de ellos es el sendero Laguna del Alto, en la que andarás cuatro kilómetros (cerca de 10 horas). Primero por un camino de bosque nativo con robles y coigües.

Después el ascenso se volverá más intenso y con menos sombra hasta llegar a los 2000 metros de altura del cerro Peine, donde sorpresivamente te encontrarás con una laguna azul y que tiene una playa perfecta para descansar e, incluso bañarse (aunque el agua es helada) en el lugar.

Otra forma de llegar, pero aún más pesada, es hacerlo a través del sendero que va al sector de El Enladrillado, conocido popularmente por tener forma de pista de aterrizaje extraterrestre. 

El Enladrillado

Para llegar hasta allá, primero tienes que caminar unos nueve kilómetros hasta el camping Las Lengas, siempre bajo la sombra de altos y añosos árboles, y por un camino sin tanta altura.

Ahí puedes pasar una noche para salir al otro día lo más temprano posible y, así, evitar que el sol te queme.

Caminarás entre tres a cuatro horas. Cruzarás algunos arroyos de agua cristalina de la cordillera con la que podrás proveerte, así, hasta un mirador en el que se ve el cerro Tres Cuernos.

En adelante el camino se pondrá más pesado. Esto, porque el sendero casi no tendrá flora de gran altura, por lo que si no vas preparado, sí o sí te quemarás.

Llegarás a un impresionante sector de rocas que parecen ladrillos y que destaca por ser muy plano, tanto que parece que alguien los hubiera puesta en ese orden a 2.200 m. de altura, pero lo cierto que es producto de las erupciones volcánicas.

Su particular forma ha sugerido la teoría que fueron los “alienígenas”, sin embargo lo más probable es que ahí sólo veas a algún cóndor volando por el lugar.

El sector es espectacular, más porque se puede observar la cadena de volcanes en los que está el Descabezado Grande, el cerro Azul y el Quizapú.

Este último hizo erupción en 1932 y fue tal su impacto que las cenizas llegaron hasta Buenos Aires, en Argentina.

Luego de tomarte varias fotos, podrás seguir camino a la Laguna del Alto. Te demorarás entre dos a tres horas, pero lo bueno es que es por un sendero mucho más plano.

Más caminos

Ojo, si vas con tiempo no dejes de hacer el sendero Antumahuida, en el que andarás por bosque nativo unos 20 minutos, hasta llegar a un mirador con una bella panorámica al cerro Morillo y al río.

Y si el ánimo te sobra, tienes que hacer el trayecto de La Playa a Valle del Nevado, de 3 a 4 días, pero con paisajes increíbles y donde, además, podrás toparte con pudúes, loicas y, por qué no, con algún puma.

La entrada cuesta $ 3.000 para adultos, $ 1.500 para adolescentes y gratis para menores de 12 años. Las puedes comprar aquí.